He de reconocer que cuando esta novela llegó a mis manos pensé que era la típica novela de romántica juvenil, pero no lo es. En unos cuantos capítulos nos demuestra que está lejos de ser una novela romántica llena de tópicos.
Silvia no encaja ni en su familia ni en el instituto, algunas de sus compañeras se meten con ella y últimamente su mejor amiga se está alejando de ella a pasos agigantados. Ella era su único refugio puesto que en casa las cosas con sus padres cada vez están peor.
Sin embargo, cuando pensaba que su vida no podía ser peor, aparece en la ciudad un chico misterioso que parece muy triste. Cada vez que lo ve siente cosas raras, no sabría decir lo que le está pasando.
Rubén ha dejado su vida en Zaragoza para trasladarse temporalmente a Madrid con la única intención de encontrar a su hermana. No obstante, al conocer a Silvia, dejará algo apartado su objetivo para conocerla mejor.
El estilo de la autora es ameno y el libro se lee fácilmente, la trama de la hermana perdida engancha al lector poderosamente. Una novela ligera ideal para salir de un bloqueo lector.
Se trata de la primera novela de la autora, en el epílogo nos aclara que escribió la primera versión con trece años, lo que me hace querer leer futuros libros de esta autora tan prometedora.
El ejemplar para esta reseña ha sido cedido por la editorial, desde aquí queremos darle las gracias.
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