No puedo hablar de este libro sin dividirlo en partes, porque durante su lectura se nos marcan claramente tres etapas: el principio de la relación de la pareja protagonista, los problemas de convivencia y el desenlace. En esta novela la autora mezcla pasado y presente para que nos hagamos una idea completa de la relación que tuvieron los protagonistas y porque acabó tan mal.
En la primera etapa Dylan y Addie se conocen y se enamoran durante el verano, vivimos esos primeros días idílicos en los que la pareja se empieza a formar. Ahí todo es precioso y parecía un libro más de Beth O'Leary con su estilo habitual y relaciones sanas a las que me tiene ya acostumbrada.
Sin embargo, aparece Marcus y ahí ya detecté cosas raras. Es un tipo tóxico que tiene actitudes de acosador que no me han gustado nada en ningún momento. Desde el principio se interpone en la relación.
Pero quiero aclarar que no es el culpable de todo, Dylan también tiene inseguridades y problemas psicológicos que no favorecen para nada a su relación con Addie.
E incluso la propia Addie tiene actitudes que nos hacen darnos cuenta de que no está del todo segura de esa relación.
A pesar de todo, lo cierto es que al final la autora ha conseguido convencerme bastante. El modo de cerrar la novela no me disgusta, aunque tampoco me convence del todo.
¿Significa esto que no recomiendo esta novela? Pues depende de la persona, si no te molestan las cosas tóxicas en un libro adelante.
Personalmente, sigue sin convencerme la relación de los protagonistas, pero la novela ha sido entretenida.
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