Sin embargo, lo que no me imaginaba es que la autora en este libro mezclaría retazos de las declaraciones reales con la ficción hasta crear a su propia versión de Tituba. Maryse Condé aprovecha que está en la piel de Tituba para hablar de racismo y toda la obra está cuajada de un feminismo muy natural que, sin usar términos como patriarcado que quedarían desfasados en este contexto, nos habla de los privilegios de los hombres.
Cuando llegó el día de mi nacimiento y vio que no había tenido un varón, mi madre rompió a llorar. Le parecía que el destino de las mujeres era más doloroso, si cabe, que el de los hombres. ¿Acaso no estaban abocadas a cumplir con la voluntad de quienes las mantenían esclavizadas y yacer con ellos para dar con su libertad?"
Capítulo tras capítulo seremos testigos de cómo Tituba intenta ser malvada, vengarse de los que le hacen daño, pero su corazón es bueno y no puede traicionarlo. Maryse Condé ha escogido mostrarla como una bruja blanca con muchas ganas de ayudar que es traicionada una y otra vez por los que más ama.
Una novela que os recomiendo muchísimo, como casi todo lo que hace Impedimenta.
¿Por qué la sociedad atribuye una connotación tan nefasta a la idea de 'bruja'? La 'bruja' si aceptamos la dichosa palabra, se dedica a corregir, a enderezar, a consolar, a sanar, a curar...
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